En el Estado de México, una oferta laboral aparentemente inofensiva llevó a un joven de 16 años, Robert Esteban Reyes Cruz, a ser engañado para ser reclutado por uno de los cárteles más poderosos de México, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Robert, originario del municipio de Tlalnepantla, viajó a Jalisco a comienzos de abril para trabajar como pintor, pero terminó involucrado en actividades ilícitas del crimen organizado.
Según su madre, Robert contactó a la familia para contarles que había sido secuestrado por el cártel y obligado a trabajar para ellos. Su desaparición está vinculada a un posible campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, donde las autoridades hallaron pruebas de actividades criminales. Aunque su paradero sigue siendo incierto, la situación refleja un patrón alarmante de manipulación de jóvenes mediante ofertas laborales fraudulentas, un problema creciente en México.
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La trampa del "trabajo" en Jalisco, México
Robert recibió una oferta de trabajo como pintor en Jalisco, a través de un amigo que aparentemente quería ayudarlo a mejorar su situación económica. Lo que parecía ser una oportunidad legítima se convirtió en una pesadilla cuando, tras llegar a la terminal de autobuses de Tlaquepaque, perdió todo contacto con su familia. Los familiares de Robert, desconcertados, denunciaron su desaparición ante las autoridades locales. La última localización del joven fue en Amatitán, Jalisco, cerca de Teuchitlán, donde meses después se descubrieron campos clandestinos asociados con el CJNG.
El modus operandi del cártel es conocido por aprovecharse de personas vulnerables, ofreciendo trabajos falsos a través de redes sociales y otros medios. Estos jóvenes son reclutados, muchas veces a través de engaños, para formar parte de las filas del crimen organizado, siendo utilizados para actividades que van desde el narcotráfico hasta trabajos forzados en condiciones extremas.
Teuchitlán, en el estado de Jalisco, es epicentro de un atroz encuentro con el crimen organizado
Teuchitlán, una localidad tranquila a menos de una hora de Guadalajara, ha sido señalada en diversas investigaciones como un centro de operaciones clave para el CJNG. El pasado 8 de marzo, colectivos de búsqueda encontraron en esta área crematorios clandestinos, restos humanos, ropa y calzado, lo que sugiere que las personas desaparecidas en la zona fueron secuestradas y obligadas a unirse al cártel. Las autoridades locales ya habían registrado el lugar, conocido por sus conexiones con el crimen, pero una investigación incompleta dejó muchas preguntas sin responder.
El hallazgo en Teuchitlán ha puesto en evidencia la creciente preocupación por la desaparición forzada en la región, y también la relación directa entre las desapariciones y las actividades de las organizaciones criminales. El campo de exterminio en Teuchitlán es ahora uno de los puntos clave para las investigaciones que buscan esclarecer el paradero de miles de personas desaparecidas en Jalisco.
La angustia de la familia y el caso de Robert
Verónica Cruz, madre de Robert, relató a los medios que recibió una llamada desesperada de su hijo, en la que le confesó que estaba trabajando para el Cártel Jalisco Nueva Generación. En la conversación, Robert mencionó entre sollozos que uno de sus compañeros había sido asesinado.
"Él me dice que está trabajando para dicha gente, pero me marca muy mal, me dice llorando que acaban de matar a uno de sus amigos", dijo Verónica Cruz para N+ tras la última llamada que le hizo Robert a una de sus hermanas
Aunque la madre intenta mantener la esperanza, las autoridades continúan con la búsqueda, mientras un supuesto sicario contactó a la familia a través de redes sociales, informando sobre la muerte de Robert en un enfrentamiento, aunque esta versión sigue sin ser confirmada.
