McLaurine Pinover,directora de comunicaciones de la Oficina de Gestión de Personal (OPM) bajo la administración Trump, se ha visto envuelta en una controversia luego de usar su oficina en el gobierno para grabar videos de moda y promocionar productos a través de Instagram.
La funcionaria, quien ha sido defensora de los recortes del Departamento de Gestión de Eficiencia Gubernamental (DOGE)y los despidos masivos de empleados federales, empleó su espacio de trabajo para publicar contenido relacionado con su actividad como influencer de moda. Esta práctica ha generado críticas por la posible violación de las normativas que prohíben el uso de recursos gubernamentales con fines personales.
La doble vida de Pinover: de portavoz a influencer
A través de su puesto como portavoz, McLaurine Pinover defendió abiertamente los despidos masivos del gobierno,haciendo énfasis en la necesidad de eliminar a los empleados de bajo rendimiento. Mientras tanto, en su cuenta de Instagram, Pinover mostraba su vida como influencer de moda, grabando videos dentro de su oficina y compartiendo detalles de sus atuendos con sus seguidores.
Estos videos fueron publicados en sucuenta de Instagram, @getdressedwithmc, donde ella hacía enlaces a sitios de ventas en línea que le generaban comisiones a través de programas de afiliados. En algunos de estos videos, Pinover se mostraba realizando tareas cotidianas, como trabajar en su computadora, mientras lucía prendas de marcas reconocidas.
El uso de recursos públicos y las normativas federales que incumplió la funcionaria federal
Según las regulaciones federales, los empleados del gobierno no pueden utilizar bienes públicos para actividades privadas, salvo en casos muy específicos de uso personal limitado. Sin embargo, Pinover utilizó la propiedad del gobierno, concretamente su oficina en la sede de la OPM en Washington, para crear contenido promocional que iba más allá de un uso personal mínimo.
El uso de la oficina del gobierno como telón de fondo para promocionar productos comerciales podría estar en desacuerdo con las políticas de integridad del gobierno federal. Además, algunos empleados de la OPM, tanto actuales como anteriores, se han mostrado indignados por la discrepancia entre la postura pública de Pinover y su comportamiento privado, especialmente mientras ella respaldaba políticas que afectaban a miles de trabajadores federales quelos acusaba de "flojos".