La decisión de la administración de Donald Trump de gravar con un 25% las importaciones de acero y aluminio ha generado reacciones inmediatas a nivel global. La medida, que entró en vigencia este miércoles, forma parte de una estrategia de proteccionismo comercial que busca incentivar la producción nacional y presionar a sus socios económicos. Sin embargo, los principales exportadores de los metales han expresado su descontento y han anunciado represalias.
China y la Unión Europea han rechazado la decisión de Washington, calificándola de perjudicial para el comercio internacional. Mientras Pekín amenaza con impuestos que podrían afectar sectores estratégicos de la economía estadounidense, Bruselas reactiva antiguos aranceles y adopta nuevas medidas contra productos icónicos de Estados Unidos.
Aranceles de Estados Unidos entran en vigor
Desde el inicio de su segundo mandato, Donald Trump ha recurrido a los aranceles como una herramienta de negociación y presión económica. A diferencia de su primera gestión, cuando impuso gravámenes similares, esta vez la medida se aplica sin exenciones, afectando a todos los países exportadores de acero y aluminio. Además, los nuevos gravámenes incluyen una gama más amplia de productos metálicos, lo que amplifica su impacto en la economía global.
Canadá, principal proveedor de aluminio para Estados Unidos, es el país más afectado, seguido por Brasil, México, Corea del Sur y China. En el caso del acero, Brasil y México también figuran entre los principales perjudicados. Los aranceles buscan reducir la dependencia de importaciones extranjeras y fortalecer la industria estadounidense, pero al mismo tiempo generan incertidumbre en el comercio global y podrían provocar aumentos en los costos de producción en sectores como el automotor, el aeronáutico y el petroquímico.
A pesar de la presión de sus aliados y socios comerciales, Trump mantiene una postura firme y ha anunciado que los aranceles "recíprocos" entrarán en vigor a partir del 2 de abril. Con esa medida, Estados Unidos pretende igualar las tarifas impuestas por otros países a productos estadounidenses, lo que afectaría especialmente a economías emergentes como Brasil e India.
Represalias de China hacia Estados Unidos
China, el mayor productor mundial de acero, se perfila como una de las naciones más afectadas por la política arancelaria de Washington. Pekín ha calificado la medida como una "grave violación" de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Mao Ning, ministro de Relaciones Exteriores, ha declarado a la prensa que los aranceles "dañan gravemente el sistema comercial multilateral basado en reglas y no conducen a la solución del problema".
Asimismo, aseguró que China "tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos". Recientemente, el gigante asiático activó nuevos aranceles del 15% y 10% sobre productos agrícolas estadounidenses. Algunos de los implicados son el pollo, trigo, maíz, productos de mar y de río, frutas, verduras y lácteos.
Cabe mencionar que, existe la posibilidad de restricciones comerciales que dificulten la operación de empresas estadounidenses en su territorio. Pekín también podría endurecer su regulación sobre las importaciones de bienes estadounidenses, lo que generaría un impacto significativo en la economía de Estados Unidos.
La respuesta de la Unión Europea ante aranceles de Trump
La Unión Europea ha optado por una estrategia de represalia económica ante los aranceles impuestos por Estados Unidos. Este miércoles, Bruselas reactivó gravámenes sobre productos estadounidenses que había suspendido previamente y sumó nuevos impuestos a artículos símbolos de la economía estadounidense, como el bourbon, las motocicletas Harley-Davidson y los yates.
Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha expresado que estas medidas buscan garantizar un comercio justo. "Creemos firmemente que en un mundo lleno de incertidumbres geopolíticas y económicas, no es de interés común sobrecargar nuestras economías con aranceles", manifestó en declaraciones públicas.
La relación comercial entre la UE y Estados Unidos ha sufrido tensiones desde el primer mandato de Trump, cuando impuso aranceles al acero europeo. Aunque ambas partes han intentado negociar acuerdos para mitigar el impacto de estas políticas, las nuevas restricciones amenazan con intensificar el conflicto económico.